AÑO 395, A LA MUERTE DEL ÚLTIMO EMPERADOR TEODOSIO I EL GRAN-DE (347-395) SU TESTAMENTO TER-MINA DIVIDIENDO EL IMPERIO RO-MANO EN DOS MITADES, ORIENTE (CONOCIDO COMO BYZANTIUM) Y OCCIDENTE, QUE REPARTIRÁ ENTRE SUS DOS HIJOS ARCADIO (377/78-408) Y HONORIO (384-423), RESPECTIVAMENTE. Mientras que los pueblos germanos avanzaban para conquistar el Imperio de Occidente hasta su disolución en el 476 –dando lugar al surgimiento de los reinos germánicos–; Byzantium lograría fortalecer sus fronteras y permanecer inexpugnable ante las continuas incursiones de los pueblos bárbaros. Solamente Atila (395-453), rey de los hunos, logró arrebatar al sucesor de Arcadio, su hijo Teodosio II (401-450), la región de Panonia, en la Europa central (occidente de Hungría y parte de los países serbios).
LA NUEVA ROMA: EL IMPERIO DE ORIENTE
A Teodosio II se le recuerda, no solo por haber amurallado la capital bizantina de Constantinopla –haciéndola inexpugnable a las acometidas germánicas–, sino también por la promulgación de su Codex Theodosianus (438), una compilación de leyes escritas en latín, que también sería adoptada por el emperador Valentiniano III de Occidente y que luego serviría de base de derecho para los futuros reinos germánicos.
Al largo reinado de Teodosio II [408-450] se sucederían varios emperadores –ninguno de los cuales adquiriría la notoriedad de Justiniano–, cuyos nombres forman parte de un período de transición entre la dinastía teodosiana y la futura dinastía justinianea. Así, tras la muerte de Teodosio II, en los siguientes siete (¿392?-457), casado con su hermana mayor (399-453), mujer piadosa (tras su muerte dejó en herencia todas sus pertenencias a los pobres) y quien había ejercido como emperatriz regente durante la minoría de edad de su hermano. Lo primero que hizo Marciano fue negarse a pagar más tributos a Atila –que, en lugar de tomar represalias prefirió buscar un nuevo botín en el más debilitado Imperio de Occidente–, lo que, unido a la austeridad de su política, permitió sanear la economía del Imperio. Con la muerte de Marciano, se puso fin a la dinastía teodosiana.