EL 26 DE MARZO DE 2022, la industria relojera cambió para siempre. Alrededor del mundo, 110 tiendas Swatch recibieron una nueva colaboración bastante radical: el MoonSwatch, diseño con una mezcla de estilos que fusionaba el cronógrafo mecánico del modelo clásico del Speedmaster Moonwatch con 11 coloridos y robustos diseños de biocerámica propulsados por cuarzos, producidos por la marca hermana de Swatch. Hubo filas infinitas afuera de las boutiques durante dos días y, mientras los guardias de seguridad abrían las puertas ese sábado por la mañana, se desató un infierno.
Las tiendas de Swatch en Nueva York y Londres solo duraron unas cuantas horas abiertas antes de ser obligadas a cerrar sus puertas, mientras la policía intentaba restaurar el orden con las multitudes del exterior. Algunos de los más suertudos que consiguieron un reloj rápidamente comenzaron a venderlos –con una ganancia– a aquellos que estaban al final de la fila; otros fanáticos se dieron cuenta que solo había revendedores y que su única meta era hacer negocio con los relojes. Al poco tiempo, los primeros MoonSwatches llegaron a eBay y comenzaron a venderse por cifras que multiplicaban su precio original.
En medio del caos, la respuesta oficial por parte de Swatch pedía paciencia y control a sus clientes. El MoonSwatch, quedaba claro que no era una edición limitada, y todos eventualmente conseguirían uno. En un llamado de concientización, todos estaban descontrolados como un papá tratando de hacer esperar a un grupo de niños de cinco años por su turno en la fila del pastel. La anticipación estaba por los cielos, el lanzamiento se sincronizó perfectamente para llevarse a cabo una semana antes de que la industria relojera se reuniera en Ginebra para la feria Watches & Wonders. Era evidente que esto era algo especial, deseable y –en términos de lo más instagrameable– mucho más valioso que la cifra de 207 libras que tenía en su etiqueta de precio.
El lanzamiento del MoonSwatch no fue un evento innovador, pero probablemente podrá ser percibido como el punto de inflexión que marque un cambio generacional de cómo se promocionan y venden los relojes. Fue la muestra más intensa, arrebatadora y visible de un fenómeno que