El emperador de origen hispano Teodosio I (347-395) es reconocido como el último gobernante del Imperio romano unificado y quien decretó la oficialidad del cristianismo sobre todo su territorio. Si bien son ideas no muy lejanas a la realidad, es conveniente matizarlas. En primer lugar, porque tras convertirse en el único emperador (392), moriría apenas tres años después. En segundo lugar, el edicto por el que convertía al cristianismo en religión oficial del Imperio (380) era, en realidad, el desenlace natural de un largo proceso que, a pesar de algunos vaivenes, parecía encaminado a tal fin.
LOS ORÍGENES DE TEODOSIO
Teodosio había nacido en la diócesis de Hispania. Su familia pertenecía a una aristocracia emergente de origen militar que había logrado hacerse hueco en la alta política romana frente a la tradicional aristocracia senatorial. Su padre, Flavio Teodosio, logró hacer carrera política y militar al amparo del entonces emperador de Occidente, Valentiniano I (364-375). Ejerciendo como commes y magister, Flavio Teodosio dirigió sus ejércitos contra las incursiones celtas al norte de Britania (368), contra los alamanes en la Galia (369-371) y contra sublevaciones militares en África contra el propio Valentiniano (373), y en todas ellas salió victorioso. Su hijo, el futuro emperador, le acompañó en la campaña britana, granjeándose así también su propia fama política y militar.
En el año 375 ocurrió un suceso un tanto oscuro: Flavio Teodosio fue arrestado por orden del propio emperador. Es posible que las numerosas simpatías con las que contaba en el Senado en un periodo en el que se registraban continuos levantamientos