a melancolía se acrecienta en Rilke. Su agotamiento físico y psíquico, sus trastornos conversivos que se manifiestan en crisis inflamatorias que le impiden hasta afeitarse y la enorme ansiedad que le procura su improductividad poética hacen mella en él. La experiencia del horror le deviene una constante en su pesarosa existencia con la misma intensidad con la que le sobreviene, con la que le irrumpe, la necesidad de belleza. En lo que posteriormente sería su libro escribe: «Pues lo bello no es nada más que el
A vueltas con la belleza y el horror
Jan 19, 2023
3 minutos
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