El desarrollo de los abundantes recursos de gas y petróleo de Vaca Muerta y la incipiente revolución verde que anhelan protagonizar las energías renovables en la Argentina abren la discusión de qué tan amplia y con qué matices se dará la transición energética en el país, cuáles deberían ser las prioridades y las formas de financiación, cómo acrecentar la infraestructura y generar mercados de exportación y, sobre todo, cómo facilitar una larga y necesaria convivencia y complementación.
En pocos años se dejó de discutir en la industria la capacidad del desarrollo masivo de los hidrocarburos no convencionales y su ventana de oportunidad pensando en el sendero del carbono neutro al que va el mundo, y casi de la misma manera dejó de ser motivo de debate el poder de los recursos naturales renovables y la viabilidad de los proyectos instalados que demostraron su competitividad, principalmente en las tecnologías eólica y solar. Con ambas certezas en el haber, los actores de la industria se enfocan en una nueva era energética con identidad propia.
El director de Energía de Ecolatina, Daniel Dreizzen, expresó que hay certeza de que “la demanda de energía va a seguir creciendo enormemente a nivel global no solo por la guerra, sino porque los países en desarrollo la necesitan”,