La gran revolución energética
NO HAY NINGUNA DUDA de que la presencia de Carlota Pi rompe el escenario clásico de las personas que se dedican al negocio de la energía. No había más que verlo en las jornadas sobre el sector que el 19 de febrero se desarrollaron en el IESE. Entre una mayoría de hombres encorbatados pertenecientes a compañías habituales de este ambiente (Endesa, Enagás, Naturgy, Iberdrola…), enarbolaba la bandera de su startup Holaluz, una comercializadora de energías renovables que en la actualidad tiene 200.000 clientes y en 2023 aspira a llegar a un millón. Se le veía tan arriba que no dudó en citar una frase del Che Guevara para expresar la seguridad en su iniciativa: “Seamos realistas y pidamos lo imposible”.
El optimismo sonriente de Pi suponía, desde luego, un contraste frente a los representantes de un conjunto de empresas igualmente ilusionados pero con un reto muy distinto: transformar unas compañías que vienen de modelos de negocio muy establecidos. Endesa es una de ellas. José Bogas, su consejero delegado y una auténtica institución en el sector, explicó que el gran objetivo del plan estratégico 2019-2022
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