“¿Qué pasa si tenés el antídoto para el covid y no lo utilizás? Así es como me siento”, dice Hayes Barnard mientras maneja su auto Tesla Model S de 2012 por las calles sofocantes de Austin, Texas. El exvendedor de software de 50 años, devenido en emprendedor serial, está convencido de que su empresa de tecnología financiera GoodLeap está ayudando a salvar el planeta y, en el proceso, se está haciendo rico. Alrededor del 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero en Estados Unidos proceden de los edificios, en comparación con el 25% que genera el transporte. “Tenemos que electrificar los hogares”, exhorta en voz alta. “Si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo va a hacer?”.
El responsable directo de electrificar las viviendas de los estadounidenses no es GoodLeap, sino los profesionales que han sido