El triturador de papel
Una de las grandes sorpresas de la economía durante la pandemia fue el auge inmobiliario. Cuando los habitantes de la ciudad se escapaban y las familias ofrecían precios más altos por amplias viviendas, las bajísimas tasas de interés alentaron a los dueños de estas propiedades a refinanciarlas en cifras récord. Hacia fines del año pasado, se habían firmado 13,6 millones de hipotecas por un valor de US$ 4,3 billones, lo que quebró el récord histórico anterior de US$ 3,7 billones en 2003. Fue una hazaña milagrosa porque se concretaron en un momento en el que las reuniones presenciales estaban prohibidas y los oficiales de crédito sobrecargados operaban desde sus casas con perros e hijos.
El mercado hipotecario se habría fundido si no hubiera sido por un arma secreta: Nima Ghamsari, un inmigrante iraní de 35 años que ganó cientos de miles de dólares jugando al póker online mientras estudiaba en Stanford; entró a trabajar en la ultrasecreta startup de macrodatos Palantir Technologies y con solo 26 años dejó ese trabajo soñado para lanzar su propia compañía de software, Blend Labs, en 2012. “Siempre sentí que
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