Luces, cámara… bienvenidos a la ciudad de los sueños. Porque Los Ángeles y todo lo que ello simboliza nos invita a seguir en las nubes a pesar de que acabemos de aterrizar frente a Venice Beach. Pronto, la brisa marina nos da la bienvenida y nos recuerda que estamos acariciando el Pacífico, como este clima, cálido y embriagador, nos recuerda por qué hasta los más forofos de lo neoyorquino han terminado sucumbiendo al encanto de la costa oeste. No íbamos a ser menos.
Viajamos a la segunda ciudad más grande de