Uno de los grandes misterios de la comunicación científica es descubrir el motivo por el que ciertas noticias del ramo se hacen virales tanto en medios de comunicación como en redes sociales. En general, y como sucede con los vídeos de gatitos, suelen ser noticias insulsas o que podemos catalogar como curiosas. Pero más interesante aún es ver cómo algunas se convierten en algo similar a los one-hit-wonder de la música: aparecen en multitud de medios para desaparecer del mismo modo en que llegaron.
Un ejemplo es lo que sucedió en agosto de 2003. Entonces un joven neozelandés de veintisiete años llamado Peter Lynds causó un gran revuelo en los medios de comunicación del mundo entero. Según se contó, una revista científica llamada había aceptado para publi car un artículo suyo que estaba destinado a revolucionar la ciencia. Los medios