Georgina está en Madrid. Es mediados de noviembre y una epidemia de bronquiolitis alerta a media España. En las últimas semanas se han cuadriplicado los casos entre niños menores de cuatro años. Cualquier padre o madre cuyos hijos lo hayan padecido sabe lo aparatosa que resulta esta afección: dificultad respiratoria, fiebre alta, tos, cianosis... son algunos de los síntomas que hacen necesario el ingreso hospitalario de muchos niños. Bella Esmeralda, la hija de Gio –como la llaman sus allegados– y Cristiano Ronaldo, un bebé de apenas siete meses, es una de ellas. Esta preocupación cobra un sentido mayor si nos remontamos al pasado 18 de abril: Georgina y Cristiano subían un post conjunto en Instagram, probablemente el más difícil de sus vidas, ya que, de su embarazo gemelar sólo sobrevivió la niña. La alegría y la tristeza en un instante: «Con nuestra más profunda tristeza tenemos que anunciar el fallecimiento de nuestro hijo. Es el dolor más grande que puede sentir cualquier padre. Sólo el nacimiento de nuestra hija nos da la fuerza para vivir este momento con algo de esperanza». Esa declaración conmovió a más de 16 millones de personas y unos 600.000 enviaron sus condolencias a través de la red social.
Ahora, durante la sesión de fotos con ELLE, esta empresaria, se muestra serena pero con cierto aire ausente que sólo deja asomar en los descansos. Aunque no es muy dada a mostrar su faceta más íntima, confiesa que ha pasado la noche en el hospital con su pequeña, la menor de los cinco hijos que tiene con el futbolista. Cristiano está en Catar con la selección portuguesa y, hasta que se reúnan en unos días en el mundial de fútbol, a ella se le amontonan compromisos profesionales. Sin embargo, y pese al agotamiento, no ha cancelado nuestra cita. Georgina Rodríguez (Buenos Aires, 1994) no se despega del móvil para estar pendiente de su evolución. «Tiene mucha fiebre», dice con preocupación. No son las únicas cuestiones que hoy la inquietan. A ese cansancio se suma el eco cotidiano de cada uno de sus pasos en redes sociales. Ella las enumera: «Si hoy buscas mi nombre en Google resulta que estoy peleada con la familia de Cristiano, que tengo una hermana que me pide dinero y que ha pasado no sé qué con Rosalía... Mi vida es mucho más simple que todo esto. Yo lo único que quiero es estar con mi niñita en el hospital».