Los entusiastas de “investigar” en casas abandonadas refieren que en determinados lugares puede percibirse la presencia de extrañas energías. Estas energías podrían ser detectadas por personas especialmente sensibles o dotadas de facultades extrasensoriales (conocidas como sensitivas o médiums) o a través de elementos como un péndulo o una varilla de zahorí. Aunque son invisibles, en algunas ocasiones, hay quienes alegan que han conseguido fotografiar estas sutiles energías, que cuando se reflejan a través de una cámara se conocen con la etiqueta de orbes u orbs (ver cuadro). Sin embargo, ¿qué dice la ciencia en torno a la existencia de estas energías invisibles?
¿MANIFESTACIONES DE ENERGÍAS INVISIBLES?
En su pretensión de explicar supuestos fenómenos paranormales, como la telepatía o la psicoquinesia (movimiento de objetos a través del “poder” de la mente), la Parapsicología ha teorizado acerca de un mecanismo de “transmisión” de supuestas energías, que no pueden ser medidas ni detectadas por ningún aparato de la ciencia actual.
Asimismo, la pretendida comunicación que se establecería a través de la ouija o las psicofonías de supuestas entidades que supuestamente habitan en un plano invisible e inmaterial, sería posible por la manifestación de energías indetectables. Estas energías canalizarían o posibilitarían que la comunicación de los espíritus se materializase induciendo un fenómeno telequinético –moviendo el vaso de la ouija– o permeabilizándose