“EI que me vio me vio y aquí acaba la función”, fueron las palabras que Héctor Bonilla dejó para su epitafio antes de morir el pasado 25 de noviembre, después de luchar con un cáncer sus últimos años.
Siempre con sentido del humor y un gran compromiso por su país, fue un hombre de teatro, cine y televisión. Actor incansable, egresado de la Escuela de Arte Teatral del INBA, inició en 1961 en de Goldoni, y participó en el gran espectáculo dirigido por José Luis Ibáñez de Peter Weiss, que apenas hacía cuatro años se había estrenado en Alemania. Una gran innovación con más de 40 actores en escena, presentado en el Teatro Jiménez Rueda.