PARÍS.– Las cifras hablan por sí mismas: alrededor de 1 millón 300 mil aficionados se disponen a viajar a Doha para asistir a la vigésima segunda edición de la Copa Mundial de Fútbol que se llevará a cabo del 20 de noviembre al 18 de diciembre.
Antes de la pandemia de covid-19, el riquísimo microemirato de Qatar –11 mil 571 kilómetros cuadrados y 2 millones 931 mil habitantes, 350 mil de los cuales son qatarís de pura cepa– solía acoger a un promedio de 3 millones de turistas… al año.
A diferencia de las copas anteriores, en las que sólo dos selecciones y sus respectivos seguidores se congregaban en una misma ciudad, todos los partidos del Mundial 2022 se disputarán en la capital qatarí y sus alrededores.
Cinco de los ocho flamantes estadios del campeonato se encuentran en la capital; otros dos fueron construidos en Al-Rayyan y Al-Wakrah y el octavo en Al-Khor, tres ciudades ubicadas respectivamente a 20 y 50 kilómetros del centro de Doha. 70 kilómetros solamente separan Al-Khor de Al-Wakrah.
Helmut Spahn, director de seguridad de la FIFA, lo reconoce: la