Los combatientes de las fuerzas especiales, mitificados en el cine casi como superhéroes de la vida real antes de que los superhéroes del cómic se adueñaran de la cartelera, asaltaron el cine de acción como si de una declaración de poder de Estados Unidos en su papel como policías del planeta se tratara.
Antes de ir con ellos, rindo merecido homenaje a dos icónicos herederos, o película que debe interpretarse como lo que es, una comedia de acción, y no tomarse en serio cuando ella misma se toma a broma. Dolph Lundgren, a quien la publicidad del momento del estreno de se presentó como “el Rambo soviético”, teniente Nikolai Petrovitch Rachenko, miembro de la unidad de designaciones especiales, o Spetsnaz, las fuerzas especiales de la Unión Soviética, y hoy de la Federación Rusa, que se consolidaron en el Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial.