NO hay nada más doloroso que ver sufrir a un hijo. Bueno sí, saber que este sufre y no poder verlo. La de Isabel Pantoja es la historia de una madre doliente que acaba de sumar uno de los episodios más duros al comprobar que ni siquiera con su hijo gravemente enfermo hay posibilidad de acercar posturas. No ha sido posible, el reencuentro madre e hijo no se ha producido e Isabel sufre desde su solitaria habitación la incertidumbre más desoladora, la de no saber con certeza cómo se encuentra Kiko después de que el pasado 21 de octubre sufriera un ictus.
DECLARACIÓN DE AMOR
Dos imágenes para agradecer todas las muestras de cariño y