Luego de tres lustros de arduas excavaciones, a las 10 de la mañana del 4 de noviembre de 1922, Howard Cárter dio al fin con la entrada a la tumba del faraón Tutankhamon en el Valle de los Reyes, cerca de Lúxor, Egipto, Veintidós días después, habiendo desmontado la primera puerta, descendido una escalinata y recorrido un pasadizo, el arqueólogo británico miró expectante por el orificio que había hecho en una segunda puerta, detrás de la cual estaba la antecámara del sepulcro. {. Ansioso, el patrocinador de la exploración, George Edward Stanhope, conde de Carnarvon, le preguntó: "¿Puedes ver algo?". Cárter le respondió, profundamente emocionado: "¡Sí, veo cosas maravillosas!".
Tan entusiastas palabras tuvieron eco a través de la crónica del suceso publicada en el diario The Times