“La crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer”, es una frase sabia del poeta alemán Bertolt Brecht que bien podría describir la situación que viven la mayoría de las monarquías europeas.
Tras la pandemia provocada por COVID-19 no sólo se desató la crisis económica, sino problemas sociales, como alteraciones en la salud mental de millones de personas. Dificultades que hoy día son la prioridad número uno para muchos gobiernos que luchan por salir adelante. Frente a esta situación, instituciones como la monarquía ya no tienen preferencia, de ahí que muchos reyes han sentido peligrar la existencia de sus casas reales.
Por ello, soberanos de diferentes naciones se han movido rápido para ser útiles, recaudando fondos, visitando hospitales, preparando