UNA HISTORIA BIEN CONTADA

ngeles González-Sinde Reig, guionista y directora de cine, fue ministra de Cultura del Gobierno de España y también presidenta de la Academia de Cine. Irene Ramírez durante el confinamiento se divertía haciendo parodias y ha enganchado a miles de seguidores. Ahora la periodista sube sus –en formato informativo– a redes sociales. Creo que nací con eso. Lo que más me apasiona es descubrir las historias y compartirlas con los demás. No entiendo la vida de otra forma. Supongo que me pasa algo parecido. Es un mecanismo que tienes ya completamente integrado. Yo destacaría, sobre todo, Coincido totalmente. Yo, por ejemplo, trabajo con historias muy breves. A veces ni siquiera termino la historia: te enseño un de algo y el resto te lo terminas tú, y te quedas porque te arranco una sonrisa. Creo que las herramientas son nuevas, pero la propia naturaleza de contar historias es la misma. Si lo descubres, dímelo [ríe]. Creo que nunca se sabe, estás creando algo porque tienes la necesidad de hacerlo y tienes que encontrar la forma adecuada de contar la historia. Eso sí, el consumo de ahora es mucho más rápido y el espectador es mucho más exigente. Pero creo que para que tú te enganches, independientemente del tiempo que tengas, es importante que haya verdad. Aunque sea una verdad absurda o cotidiana. Al final, te en- ganchas a algo en lo que te ves reflejado. Yo creo que es importante despertar la pregunta: "¿y qué pasa después?". Ahora el mundo es mucho más visual, antes había menos variedad y menos oferta, y el menú que teníamos delante era más limitado, así que los narradores podían permitirse el lujo de tardar un poco más en captar la atención del espectador. Ahora tienes más herramientas para cautivar al espectador, pero también tienes más competencia. Pero hay dos elementos importantes para atrapar al espectador: la cercanía y el misterio. Tiene que ser algo extraño y extraordinario para ti, pero también reconocible. Ahora, en general, somos mucho más impacientes. Sin embargo, la creación a veces necesita el vacío y unos pequeños momentos de aburrimiento para que te ocurran cosas y se te ocurran también. Todos los días convivo con esa impaciencia. A mí, por ejemplo, me gusta mucho leer, pero lo que he notado últimamente es que me cuesta mucho encontrar un momento para leer o me distraigo con más facilidad. Y la creatividad nace del descanso, del reposo, de un segundo en el que, de repente, todo cobra sentido. Al final son herramientas que tienen sus ventajas y sus desventajas. Sí, la inmediatez a veces juega una mala pasada en la creatividad, pero es una fuente permanente y constante de impactos. A mí me llama la atención que nos hemos convertido un poco en hombres y mujeres anuncio. Es una parte que me pesa mucho. Esa obligación de estar anunciándote constantemente es una carga y es que muchas veces las personas creativas no somos muy buenas vendedoras. La emoción. ¿Cuál? Todas, depende de la historia. Te podría decir que la simplicidad, pero también hay historias que tienen que ser más complejas o barrocas por lo que quieres contar. En cambio, otras funcionan mejor si son más sencillas. Eso sí, tienes que tener muy claro lo que quieres contar porque la confusión del autor solo genera confusión en el receptor. A veces, cuando te pones a buscar algo que te apetezca ver en las plataformas, te das cuenta de que cada vez se hacen cosas más complicadas, impactantes o chocantes y llega un momento en el que esto se convierte en algo previsible para el espectador. También te aleja y te desactiva. Por eso, echo de menos la autenticidad. Echo de menos la manera de consumir las cosas. Antes, cuando había menos películas y series, todo el mundo veía lo mismo y había una cierta conexión. Te unías más a la gente y compartías más. Pero lo bueno es que ahora hay más variedad. Que siguiéramos encontrando formas de emocionar a la gente y que las historias contasen algo que nos hiciera avanzar como sociedad. A mí me gustaría que encontráramos la manera de que cada uno pudiera seguir contando las historias a su manera y que no todo se acabara pareciendo. n