“Si queríamos homenajear la tradición portuguesa, debíamos hacerlo con artesanos de aquí. Coger esa técnica y hacerlo en otro lugar, en otro país, sería una traición enorme”
a arquitectura brutalista del Museo Calouste Gulbenkian de Lisboa encandiló a Ian Griffiths, director creativo de Max Mara, al primer vistazo. El basto edificio de cemento rodeado de un espléndido jardín le recordó a las oficinas de la casa italiana en Reggio Emilia, y encontró belleza en el contraste de semejante construcción con el delicado imaginario portugués. Británico, de Manchester, pero italiano de adopción (lleva 35 años trabajando en la compañía familiar), visitó por primera vez la capital portuguesa cuando buscaba la ciudad perfecta para presentar su colección