QUERÉTARO, QRO.- “¡Rectora Tere, no sea indiferente, se acosa a las mujeres en la cara de la gente”; “¡Educación no sexista, afuera los machistas!”; “¡La UAQ no me cuida, me cuidan mis amigas!”, gritaron mujeres estudiantes de la Universidad Autónoma de Querétaro desde la tarde del 29 de septiembre, hartas del acoso y la violencia de género que las llevaron a tomar las instalaciones de la institución.
Esta casa de estudios sólo había tenido dos movimientos estudiantiles de envergadura: en 1958, con la exigencia de la autonomía, y en los ochenta, cuando los estudiantes se solidarizaron con el movimiento de la Normal estatal.
Este 2022 el movimiento comenzó en el centro universitario pero se fue extendiendo a otros campus hasta que toda la comunidad estudiantil, formada por más de 27 mil alumnos y alumnas, pararon clases presenciales y virtuales.
En las facultades, las alumnas manifestaron su rabia por primera vez contra la violencia de género mediante pintas en las paredes de los inmuebles, en las que expresaron que no se sienten seguras, cuestionaron la actuación de las autoridades universitarias y exhibieron los nombres de sus agresores.
Este movimiento de la