“El código es el contrato”, una expresión problemática
Son frecuentes las discusiones sobre la dificultad para el Derecho de seguirle el ritmo a la innovación digital, generalmente conducidas bajo una premisa: las nuevas tecnologías deben, en todo caso, estar dotadas de un sustento y un direccionamiento por parte del ordenamiento jurídico, lo que facilita un balance entre la garantía de derechos y la libertad para innovar; algo que parecería una obviedad.
Sin embargo, esa premisa no parece tan clara al tratarse del “contrato inteligente”, también conocido como contrato ITTT (“” [“Si esto, entonces esto”]), el cual se entiende como una herramienta tecnológica que) que se registran en una base de datos descentralizada llamada (habitualmente en una red llamada Ethereum, que no debe confundirse con la criptomoneda
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos