Año/Cero

EL PROGRAMA ESPACIAL DE SECRETO EE UU

Estamos en el año 2000. En aquel entonces operaba en internet el técnico informático británico Gary McKinnon, apodado «Solo», que pasará a la historia por haber sido uno de los mayores hackers conocidos. Aficionado a la ufología y programador brillante, está temporalmente sin empleo en su actividad de administrador de sistemas. Una noche de 2001, tras una prepara-ción que había durado meses, realiza lo que se definirá como «el mayor ataque hacker a sistemas militares de la historia». Entre 2001 y 2002, McKinnon consigue entrar en 97 servidores del Gobierno estadounidense, entre ellos, los de la NASA, la US Army, el Departamento de Defensa (DoD), la Fuerza Aérea, la Marina y el Pentágono.

McKinnon es un individuo muy peculiar, que siente una gran pasión por la ufología desde la infancia y vive con la sospecha de que se oculta algo a propósito. Gracias a su habilidad para entrar en los servidores de todo el planeta, va encontrando pruebas que refuerzan sus teorías, hasta formular la hipótesis de que la NASA oculta de manera sistemática información sobre formas de vida alienígena que están en contacto con la Tierra. La confirmación es indirectamente proporcionada por el testimonio de Donna Hare, una científica de la sección fotográfica de la NASA con acceso al nivel top secret de las imágenes tomadas en el espacio. Hare reconoció que había visto una serie de fotos originales tomadas desde satélites con imágenes de objetos desconocidos y afirmó que dichas instantáneas se modificaban y retocaban antes de hacerlas públicas. La científica desarrollaba su actividad en el Centro Espacial Johnson, y McKinnon concentraba su ataque en los servidores de esa sección.

EL HACKER DE LOS OVNIS

En una especie de competición con otros hackers que intentaban entrar en el servidor, utilizó para lograrlo un script en lenguaje Perl, cuyo fin es dar con la contraseña aprovechando las de default que aún están activas, y, gracias a un programa de acceso remoto, tomó el control de la red y los servidores atacados. Así, aunque, en realidad, se encontrara a miles de kilómetros de distancia, era como si estuviese sentado ante el terminal del Centro Espacial Johnson. Entonces empezó a rastrear los distintos servidores de la sección hasta dar con algo extraordinario y, mientras descargaba los datos, vio abrirse en el escritorio una página de texto y, a continuación, alguien tecleó tres palabras inequívocas: «¿Tú quién eres?». Inmediatamente se dio cuenta de que algo había salido mal a causa de un error al calcular la diferencia horaria, o porque creía que a aquella hora no habría nadie en el edificio.

El pirata informático descubrió una lista de oficiales de la Fuerza Espacial que iban a ser trasladados de una nave a otra de fuera de la Tierra

Desgraciadamente para él, en ese momento, un operador de la NASA estaba sentado ante el teclado y en la red telemática y lo detuvieron amparándose en la ley de abusos informáticos de la (NHTCU) del Reino Unido en 2002. McKinnon se opuso a la extradición argumentando que debían juzgarlo en el Reino Unido, el país donde había cometido sus «crímenes», y no en el territorio de EE UU. Quedó en libertad condicional, lo cual incluía la obligación de firmar todas las tardes en la comisaría de policía de su localidad de residencia y de quedarse en su domicilio por la noche. Además, tenía prohibido utilizar ordenadores con acceso a internet. En 2005, EE UU abrió el proceso de extradición de McKinnon y pidió 70 años de cárcel por unos daños estimados entre 450.000 y 700.000 dólares. Tras múltiples vicisitudes judiciales, el 16 de octubre de 2012, Theresa May, en aquel entonces ministra del Interior y luego primera ministra del Reino Unido, rechazó la solicitud de extradición a causa de las precarias condiciones físicas de McKinnon, que todavía sigue a la espera de juicio.

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