México celebra a sus difuntos con una gran fiesta como no hay otra en el planeta. A lo largo y ancho del país los mercados se llenan de flores de cempasúchil, calaveritas de azúcar, papel picado, pan de muerto, incienso, velas y muchos otros productos para componer las ofrendas dedicadas a los parientes que ya no están.
En los panteones, las familias adornan las tumbas y a veces acompañadas de músicos que entonan canciones para el ser querido que ya murió. Entre los lugares donde una de las siete islas del Lago de Pátzcuaro, en el estado de Michoacán.