Las condiciones climatológicas concretas de cada año en una zona vitivinícola determinan la calidad de las añadas de sus vinos. Así, se considera que una buena añada ha de tener buena insolación con lluvias moderadas, más bien tirando a escasas, y repartidas a lo largo del año. Hay que reconocer que, en la Segunda Guerra Mundial, las condiciones climatológicas se propusieron imprimirderaba una amarga ironía a la añada de 1939, convirtiéndola en una de las peores cosechas que se recuerdan. La Blitzkrieg parecía afectar al ánimo de las uvas.
Puede que parezca algo insensible hablar de la calidad del vino en el marco de aquel drama que fue el conflicto mundial, pero, si ponemos el foco en Francia, es inevitable recordar las palabras de su ex primer ministro Édouard Daladier, quien consi sus vinos “el más preciado tesoro de Francia”. Y no era el único con ese sentir. Cuando, el 4 de mayo de 1945, las tropas aliadas llegaron al refugio del Nido del Águila de Hitler, en Berchtesgaden, fue un joven francés, procedente de una familia de viticultores,