stá en una residencia de mayores, porque ahí tendrá los mejores cuidados, según la familia. Esas decisiones a uno le parecen bien, porque hay un momento en que no necesitas a un hermano sino a un médico. Admiro aTengo entre miste entrevista, te dan un premio. Es un dandi que le dio el mismo micro a un ministro y a un tronado. A y a un pícaro de esquina. En una televisión vendida al barullo, un tío que habla de los astros es un lujo. Es el único que iba a la tele a callarse, si procede, o incluso si no procede, con lo que ha colocado la elocuencia del silencio en un medio o un gremio que ejerce la lucha de gritos. Ha sido fiel al chaleco de rapsoda, observa como un lobo fraterno, y tiene un mucho de insólita melena desmelenada de loco lírico. Aupó el pacifismo de la palabra y un fondo de fulares que sólo le quedan bien a él y a algunos poetas franceses, zona suicidas. No le cuadra el móvil, pero sí un bastón de ornato antiguo, con el que le hemos visto a veces, un bastón esbelto que es el apero del caminar de los solitarios. Llevaba tiempo en otra colina. Casi la vida entera.
