Honestamente, hay demasiados ejemplos que podríamos contar.
Aquí hay uno: un día, salí de una reunión de trabajo, tomé mi celular y vi 85, oh, espera, 92 nuevos mensajes en el chat grupal. Mis amigas y yo estábamos a punto de pasar un fin de semana en Boston. Y bueno, este fue el infierno que significó planear aquel viaje con mi squad (o cena, o fiesta, o brunch, o clase de fitness).
Whitney preguntaba si saldríamos o nos quedaríamos el viernes por la noche. Lilly nos recordaba que empacáramos algo verde y también los planes de : “¿Qué de tacos.