Críticas
LA PISTA DE LAS ESTRELLAS:
Crímenes del futuro
Crimes of the Future (Can., R. U, Gre., 2022, 107 min.). Dir.: David Cronenberg. Int.: Viggo Mortensen, Kristen Stewart, Léa Seydoux, Scott Speedman, Don McKellar. CIENCIA FICCIÓN.
Crímenes del futuro lleva a otro nivel algo que siempre se ha sabido, que David Cronenberg es capaz de aventurar, con mucho margen de tiempo, los cambios en el ser humano desde todos los ángulos posibles: físico, tecnológico y moral. ¿Por qué lleva aquí ese don a otro nivel? Por un lado, porque la primera versión del guion de esta película es de 1998: ¿cómo es posible plantear, 25 años antes, posibles respuestas a las preguntas que el ser humano empieza a hacerse ahora? Por otro, porque, en un momento en el que pocos cineastas se atreven a meterse en el jardín de los grandes temas del presente y abrazar el caos, la confusión y la ignorancia en torno a ellos (Julia Ducournau sería una excepción con Titane), Cronenberg no solo los abraza, sino que los proyecta al futuro.
Juega, evidentemente, con la ventaja de que los temas que han tomado el presente –y que tanto asustan porque implican ruptura, cambio y evolución– son los asuntos sobre los que se articula su filmografía: la transformación de los cuerpos, la identidad y las implicaciones físicas, psicológicas y morales del cambio.
Un cine físico y de ideas. A partir de la historia de un artista de performance (Viggo Mortensen) que ha convertido en espectáculo las mutaciones de su cuerpo, Cronenberg proyecta esos temas al futuro, los representa, los piensa y los conversa con la osadía habitual. Hace lo de siempre, pero toma decisiones que convierten Crímenes del futuro en una película extraordinaria, pero escurridiza incluso para quien conoce bien su cine. No es la primera vez que se excede en el texto para apuntalar las ideas (pues su cine, muy físico, es un cine de ideas). Pero en su último trabajo, la relación entre la palabra y la imagen de choque (llena de significado) es más compleja.
Cronenberg apuntala oralmente las ideas, pero también verbaliza las imprecisiones, las contradicciones, los desvíos y las dudas del proceso del pensamiento. Hay que hacer un esfuerzo para no dejarse arrollar por ese torbellino verbal y filosófico, por otro lado interesantísimo. Pero es la manera de disfrutar de una película llena de ideas, que se atreve a establecer un diálogo adulto con presente y futuro, con el cine contemporáneo y con la filmografía de su autor. También en la que el Cronenberg más deseado (el más físico) está superpresente. Crímenes del futuro tiene algunas de las escenas más radicales de la obra del cineasta. Que el miedo a las palabras, aunque Cronenberg nos las imponga desde el tráiler –It is time to stop seeing,no nos impida disfrutarlas.
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