Florecer MUNDO
A lgunos encuentros parecen estar predestinados, como el de la floricultora Masami Charlotte Lavault y Kenzo Parfums. Por la doble cultura franco-japonesa de la joven, tan semejante a la del fundador de la y su pasión común por las flores, la unión entre ambos parece algo natural. Masami empezó su carrera como diseñadora industrial entre Viena y Londres, y hace diez años decidió cambiar radicalmente de rumbo: se fue a Marruecos, Gales y, por supuesto, a Japón, para formarse en el cultivo de las flores. En 2017 inició el proyecto , el primer jardín floral urbano de Francia, en el corazón de la capital, donde cultiva flores en agricultura biodinámica, respetando las estaciones y la naturaleza, sin invernaderos ni pesticidas. Su objetivo es simple: recobrar lo vivo y cultivar la flor de manera respetuosa para que la naturaleza se reapropie.
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