BITÁCORA OLFATIVA
(Fernando) Pessoa que pensar una flor es verla y olerla, y comer un fruto es saberle el sentido. Afirmaciones acertadas que enlazan con bridas los sentidos, la tierra, la perfumería y la gastronomía, como si de una cadena de eslabones se tratara, porque ninguno de ellos tiene razón de ser sin los otros aguardando su turno para unirse. El santo matrimonio de la perfumería compuesto por lo que vemos y lo que nos evoca aquello que tenemos delante de los ojos –y de la nariz–, siendo un plato de comida, un recuerdo de infancia o el olor de los campos de cultivo las reminiscencias más recurrentes de la memoria puesta al servicio de un perfume. Las características de la fisiología del olfato
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