Todo se materializó hace poco más de cuatro años. El germen, sin embargo, se gestó hace mucho más. La pasión de Anna Torrents por los perfumes y el mundo del arte viene de lejos. Cuenta que de niña, cuando sus padres se iban de viaje les pedía que le trajesen muestras de perfumes; una curiosidad olfativa que cultivaba en cualquier momento y lugar, como cuando iba a casa de sus amigas y trataba de oler e identificar las fragancias que usaban sus madres. En su memoria persisten hoy todos esos olores.
De esa obsesión por los perfumes y de su irrefrenable querencia por el arte nació Genyum, una original y exquisita colección de fragancias con las que Anna pretende homenajear, dar visibilidad y reflejar olfativamente el talento y el ambiente artísticos. Un entorno que no le es ajeno. Creció empapándose de arte. Aprendió a disfrutarlo, visitando exposiciones con su madre; se nutrió cada verano del espíritu bohemio de la comunidad de artistas de Cadaqués, donde pasaba sus vacaciones y donde conoció al que hoy es su marido,