La cripta embrujada
EL CREPÚSCULO DE DRÁCULA
o. El vampiro romántico no lo inventaron Anne Rice, ni Coppola ni Stephanie Meyer. Quien lo dude, no tiene más que(1973), editada (al tiempo que ) por El 79, en versión restaurada y sin censura, acompañada de extras. Un palimpsesto de temas y motivos recurrentes, de la Universal a la Hammer. Paul Naschy, tan convencido de su atractivo erótico y carisma de galán que desarma cualquier crítica a su físico poco o nada vampírico, se empeña en reinventar al Conde Drácula a la luz de sus obsesiones románticas, más propias del licántropo o la momia, hasta el extremo de llevarlo al suicidio por amor. Javier Aguirre orquesta una sinfonía atonal de imágenes eróticas, sádicas, sangrientas y oníricas que deslumbran con sus vampiras desnudas, lésbicas y hambrientas.
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