DEFORESTACIÓN, DERRAMES DE CRUDO, GASES TÓXICOS… ANTE LA NUEVA REFINERÍA, UN PARAÍSO INERME
PARAÍSO, TAB.- Los cangrejos azules viven en madrigueras que excavan en la tierra para protegerse de depredadores, pero cuando en septiembre de 2018 las retroexcavadoras conocidas como mano de chango y los tractores de oruga entraron ilegalmente a su hábitat, una zona de manglar, para desmontar el terreno y construir la refinería Olmeca de Dos Bocas, los cangrejos quedaron sepultados.
“Fue un ecocidio”, dice Santana Osorio Pérez, un ambientalista dedicado a la conservación del cangrejo azul en Paraíso, Tabasco.
Hace 10 años, don Santana y su familia notaron que cada vez eran menos frecuentes las manchas azules de cangrejos que tapizaban las carreteras en sus corridas rumbo al mar. Se dieron cuenta de que estos animales, con los que habían convivido desde que eran niños, estaban amenazados por la captura desmedida para comercialización y consumo los 365 días del año. Y por las construcciones industriales, que están destruyendo su hábitat, la zona de manglar, donde cumplen su ciclo de reproducción.
En una reunión familiar, él y su sobrino Élder Osorio Santos decidieron dedicarse a la conservación de esta especie, constituirse en una sociedad cooperativa llamada “El inicio del triunfo”
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