OLASY prejuicios
Durante mucho tiempo, el océano ha simbolizado la muerte y el sufrimiento en mi mente", dice Mona. "Tenía 15 años en 2004 cuando el tsunami arrasó mi ciudad y se llevó a mi madre. Mi padre murió de pena un año después. Mi vida estaba devastada. Odiaba el océano, las olas me aterrorizaban. He superado este miedo: hoy para mí el océano es libertad y alegría".
En una modesta casa de paredes desnudas de vivos colores, rodeada de un jardín de arena, a cinco minutos a pie de la costa que bordea el pueblo pesquero de Arugam Bay, se oye el sonido del oleaje del océano Índico. La mujer de 36 años subraya sus palabras con una brillante sonrisa. de la misma manera que lo hacen los hombres.
