FILÓSOFO
Cuatro amigos de turismo en Escocia pasean por una llanura. A cierta distancia divisan una oveja negra. «Todas las ovejas en Escocia son negras», afirma el primero. El segundo lo observa, medita un momento, y anuncia: «Quizá deberíamos decir que en Escocia hay ovejas negras». El tercero no lo acaba de ver claro: «Creo que sería más oportuno afirmar que en Escocia hay con seguridad una oveja negra». El último amigo lo observa y matiza: «Al menos vista desde este lado…».
Son cuatro amigos, pero es un solo proceder que despliega el sentido crítico frente a un fenómeno (una oveja de lana negra situada en Escocia) con el fin de obtener un juicio racional lo más verdadero posible. Si observamos con un poco de detenimiento de él procede «crítica». Esa elección no basta con hacerla, hay que hacerla de forma «elegante» (del verbo latino que vuelve a remitirnos al «seleccionar sabiendo»); hay que tener la capacidad, la práctica, la «cultura», que posibilita una elección conveniente, un juicio acertado.