LA MALA GESTIÓN DE DUQUE, ALIMENTO PARA LA CANDIDATURA DE PETRO
BOGOTÁ.— A pocas semanas de dejar el cargo, el presidente colombiano, Iván Duque –el gobernante más impopular de las últimas tres décadas en su país, según la encuestadora Invamer–, ha optado por pasar gran parte del tiempo en el exterior mientras se desarrolla en el país un enconado proceso electoral del que habrá de surgir su sucesor.
Los viajes del mandatario a Estados Unidos, Europa y Turquía, en plena campaña, son observados por analistas políticos como la ratificación de “la des-conexión” que tiene el gobernante con la realidad del país y como una muestra más del “doble discurso” que ha manejado frente a los colombianos y frente a la comunidad internacional.
Hace unos días, en Londres, Duque dijo en una entrevista con la BBC que si hubiera reelección en Colombia él sería elegido otra vez presidente.
La realidad es que Duque, un ultraderechista que prometió mano dura contra la delincuencia y deja un país más violento, más inseguro y con mayor producción de cocaína, sabe que el aspirante presidencial con más posibilidades de relevarlo en el cargo es
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