TO BE, OR NOT 2B
May 23, 2022
5 minutos
Siempre estoy cerca de un lápiz. Los tengo metidos en mi cuaderno como marcapáginas, en un pequeño compartimento de mi maletín o en un tarro de cristal en la cocina. Incluso tengo uno en el coche. Me encantan. Esos alargados barriletes de madera a rayas son geniales. Su tacto es fantástico, ya sean hexagonales (perfectos), triangulares (nerviosos) o redondos (demasiado resbaladizos para mí).
Sus puntas de grafito flotan sobre un papel en blanco. Son anticuados, clásicos y atemporales. Su olor me acelera el pulso. Si ahora abriera la cremallera de mi estuche escolar, metiera la nariz dentro e inhalara profundamente, creo que me reiría de alegría y nostalgia.
“Sacar punta a un lápiz es una de las tareas más satisfactorias de mi día, ya que cojo algo cansado y sin filo y lo revitalizo”
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