“PATRÓN DE COMPORTAMIENTO” EN EL USO DE LA FUERZA LETAL
Ha pasado más de un año de la muerte de Jorge Alberto Rivera Cardoza a manos de efectivos de la Guardia Nacional (GN), y su compañera, Viridiana Promotor Rubio, aún tiene a flor de piel el miedo que sintió aquel 8 de abril cuando, al acudir a las instalaciones de la Fiscalía General de la República (FGR), fue encerrada en un cuarto con personal de la corporación militarizada para exigirle que firmara documentos que libraban de cargos a los agentes que le dispararon a su esposo cuando éste circulaba en una camioneta a plena luz del día a unas cuadras del Puente Internacional número 1, Las Américas, en Nuevo Laredo.
“En la FGR lo que me dijeron era que si quería el cuerpo de mi esposo tenía que arreglarme con los de la Guardia; me metieron en un cuarto sola con ellos y me pedían que firmara documentos, que si los perdonaba me iban a dar 1 millón y medio (de pesos). Yo les respondí que primero me dijeran por qué lo habían matado, si mi esposo era un agente aduanal, que era muy conocido y no tenía armas, y que cómo era posible que les disparara si la camioneta tenía los vidrios subidos
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