Iniciamos la conversación con Alberto recordando sus inicios e inevitablemente a su padre, quien fue pieza fundamental en su vida y el mejor papá del mundo según nos cuenta, además de cómo Jacobo Zabludovsky llegó para cambiar la vida periodística de padre e hijo.
“Yo nací entre micrófonos, cámaras, máquinas de escribir Oli-vetti y máquinas de fotos. Era una cosa muy normal en casa. Era algo muy particular porque aquella España de los años 60 era en blanco y negro, muy gris, en donde si pensabas, escogían a 16 chicos de diferentes comunidades españolas, les daban una beca y les regalaban un viaje. Para nosotros fue una apertura de saber que hay algo más afuera. Mi padre fue con a México, y entonces Jacobo Zabludovsky lo entrevista en un programa y se hacen muy amigos. En el año 1971, Jacobo llama a mi papá y le pregunta que si quiere ser corresponsal de un noticiero que se llamaba . Así empezó a colaborar con el canal y se enamoró de México”.