Un material sensacional
Una lámina de grafeno de un átomo de espesor es unas 200 veces más resistente que el acero actual más fuerte, siendo su densidad más o menos la misma que la de la fibra de carbono, y unas cinco veces más ligero que el aluminio. A partir de ahí aparece una larguísima lista de explicaciones: «es un alótropo del carbono, un teselado hexagonal plano formado por átomos de carbono y enlaces covalentes que se generan a partir de la superposición de los híbridos sp2 de los carbonos enlazados…» y demás explicaciones para los de ciencias con bastante práctica. Pero aquí nos interesa saber qué es lo que el grafeno nos depara.
Premios Nobel 2010: tecnología de alto nivel
Los físicos André Geim y Konstantín Novoselov recibieron el Premio Nobel de Física en 2010 por sus revolucionarios descubrimientos acerca de este material. Geim había ganado también el Ig Nobel en el 2000 por una investigación de broma, pero desde 2019 lidera Graphene Flagship, un enorme proyecto europeo con más de 150 investigadores y empresas y un presupuesto de 1.000 millones de euros para poner este material en el mercado.
Ahora bien, el repentino aumento del interés científico por el grafeno puede dar la impresión de que se trata de un material nuevo. En realidad se conoce y se ha descrito desde hace más de medio siglo. El enlace químico y su estructura se describieron durante los años 1930. Y en 1949, Philip Russell Wallace calculó por primera vez la «estructura electrónica de bandas».