– LOS CRÍMENES MÁS HORRENDOS DE LA CRÓNICA NEGRA –
“¡Que viene el tío Mantequero!” era la advertencia con la que, durante mucho tiempo, se atemorizó a los niños de toda una generación para que regresaran a sus casas cuando estos preferían seguir jugando en la calle, ya bien avanzado el ocaso del sol. El tío Mantequero, el Hombre del Saco o, simplemente, el Sacamantecas, fueron versiones de un mismo mito que se generó en la España profunda a partir del último cuarto del siglo XIX –si no antes– a juzgar por la primera aparición de este término en la prensa de entonces.
Por desgracia, estos personajes no surgieron de la pesadilla de un cuento infantil, sino que su semblanza se construye a partir de dramáticos hechos reales que han tenido como víctimas a las más inocentes de las criaturas. El tío mantequero, el Sacamantecas vitoriano, la vampira del Raval, el Hombre del Saco o, simplemente, los mantequeros, son solo un puñado, elegido al azar, de estos seres sin alma incapaces de sentir el menor desasosiego ante el sufrimiento agónico de un niño.
No es fácil rescatar estas historias, que todos quisiéramos relegar en el olvido, sin sentir un estremecimiento. De la misma manera que antaño, los cuentos infantiles evocando la figura del ogro, la bruja o el lobo feroz sirvieron para educar a los más pequeños de que tuvieran cuidado y no se alejaran de sus padres; tal vez hoy, mantener en la memoria la existencia de estos auténticos seres sin alma –pero de carne y hueso– pueda servir para que estos hechos dramáticos no se repitan…
EL TÍO MANTEQUERO
, de nueve años, era uno de los tres hijos de y un matrimonio que se ganaba la vida ejerciendo el humilde oficio de garbanceros, esto es, vendiendo avellanas en la entrada de la conocida sala de cine Pascualini en Málaga. El pequeño, acompañaba a los padres en su rutina de trabajo,