Hasta finales del siglo XX, se pensaba que el número de genes dependía de la complejidad del ser vivo. Se estimaba así que el ADN del ser humano constaba de unos 100.000 genes. Sin embargo, el Proyecto Genoma permitió un hallazgo sorprendente: el ADN del ser humano tiene aproximadamente unos 20.000 genes… muchos menos de lo esperado. Este dato resulta aún más desestabilizador cuando se descubre que el ADN de la mostaza tiene todavía más cantidad de genes. O que un gusano microscópico como el Caernohabditis elegans, de un milímetro de longitud y apenas formado por mil células, ¡tiene casi la misma cantidad de genes que nosotros!
Por si no fuera suficiente, el Proyecto Genoma continuó siendo una caja de sorpresas al confirmar –algo que ya se sospechaba desde los años setenta del siglo XX– que el 97% de nuestro material genético es ADN oscuro –fue bautizado inicialmente como ADN basura–. Tal y como expresa la doctora en biomedicina Helena González Burón en El ADN basura (2017): “El 96% de todo cuanto nos rodea es invisible a nuestra percepción. Es la llamada materia oscura que, aunque sabemos que existe porque tiene influencia sobre otros objetos, aún somos incapaces de descifrar. En este sentido, parece que nuestras células de alguna manera quisieran recrear el universo que nos romea imitando su opacidad y escondiendo la función de su molécula más preciada, el ADN”. ¿Qué secretos oculta esa “materia oscura” del ADN?
¿NOS RENOVAMOS CADA 7 AÑOS?
Tu cuerpo está formado por unos 35 billones de