lo largo de 240 páginas de lectura apasionante, la doctora en Filosofía Susana Montó, cuyo trabajo se ha centrado en (Plaza y Valdés, 2021) cómo viven otras especies la mortalidad, y si en ocasiones pueden tener un concepto de la propia muerte. Así, en los distintos capítulos de este libro–este artículo es un extracto de uno de ellos–podremos descubrir comportamientos sorprendentes: hormigas que asisten a su propio entierro, chimpancés que limpian los dientes a cadáveres, perros que se meriendan a sus dueños, cuervos que evitan los sitios donde vieron un muerto, elefantes obsesionados con recolectar marfil y ballenas que cargan con sus fallecidos durante semanas. Todos estos comportamientos sorprendentes–que en muchos casos nos resultan incómodamente familiares–conducen inevitablemente a una pregunta concreta: ¿poseen los animales alguna comprensión de la muerte? Y, si es así, ¿a qué conclusiones nos lleva tal descubrimiento? En cualquier caso, la lectura de este fascinante ensayo nos permite entendernos con un enfoque distinto a nosotros mismos, y también al lugar que ocupan otras especies animales en el mundo, como criaturas mortales y poseedoras de cierta comprensión de la mortalidad.
