Es un milagro de Dios», dijo de Vladimir Putin el patriarca Kirill de Moscú en 2012. Veinte años después y en plena invasión de Ucrania, Kirill hizo en su sermón del domingo 20 de marzo de 2022 una exhortación general para que nadie permitiera «que las fuerzas oscuras externas y hostiles se burlen de nosotros ». Animó después a «hacer todo lo posible para preservar la paz entre nuestros pueblos y, al mismo tiempo, proteger nuestra patria histórica común de todas estas acciones del exterior que pueden destruir esta unidad», porque «¡alguien debe defender la verdad de Dios de que somos realmente un solo pueblo que salió de la pila bautismal de Kiev!».
Para el máximo mandatario religioso de la Iglesia Ortodoxa Rusa, el conflicto ucraniano es mucho más que una guerra geopolítica. Es una guerra espiritual con tintes apocalípticos donde las fuerzas del bien combaten contra las fuerzas del mal. Y como principal adalid y salvador de esa pugna providencial tendríamos a Putin, al que Kirill siempre ha demostrado una lealtad incondicional. El sentimiento es recíproco por parte del presidente ruso.
Putin es la persona que más tiempo ha ocupado el máximo cargo político en Rusia. Conforme transcurría el tiempo, su figura ha ido tomando cierta aura mística, alentada simultáneamente por los jerarcas de la iglesia ortodoxa, pero también por el propio Kremlin. Sin embargo, no siempre ocurrió así. Durante los primeros años de gobierno, Putin era muy reservado en cuanto a sus creencias religiosas. En una entrevista de 2009 para la CNN, el mítico periodista Larry King le preguntó acerca de sus sentimientos en dicho ámbito. La respuesta del presidente ruso no pudo ser más comedida: «Prefiero no desarrollar ese tema en detalle. Creo que esas cosas son sagradas para todos. La creencia de cada uno no es para mostrarla, está dentro del corazón de un hombre».
LA CRUZ PROTECTORA
No obstante, ante la insistencia del presentador, le comentó que portaba siempre consigo un crucifijo al que le otorgaba gran valor. Fue un obsequio