El año 1908 se encontraba ya en sus estertores finales cuando el británico Flinders Petrie, padre de la egiptología y uno de los excavadores más prolíficos de la arqueología egipcia, desenterraba en la ladera de Qurna lo que él mismo definió como «el enterramiento intacto más rico y detallado que haya sido completamente identificado y publicado». Piense el lector que aún faltaban catorce años para que otro británico, Howard Carter, descubriera la tumba de Tutankhamon. Petrie sabía perfectamente dónde excavaba: en ese entorno, el inglés sabía que existían cementerios reales antiguos, y específicamente que los entierros (o re-enterramientos) de figuras reales como Kamose o la reina Ahhotep II de la dinastía XVII habían
LA PRINCESA DE NOMBRE DESCONOCIDO
Apr 22, 2022
4 minutos
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