n 1977, Billy Wilder estaba considerado un director anticuado. Tras encadenar varios fracasos en taquilla, Hollywood le dio la espalda. Para el rodaje de su nueva película, (1978), el director buscó financiación fuera de Estados Unidos. La encontró en Alemania, el país está articulada a través de estos dos ejes temáticos. Por un lado, describe el ocaso de la carrera de Wilder –quien solo filmaría una película más, la mediocre comedia (1981)– y de una forma de hacer cine. Estamos en pleno relevo generacional, cuando está irrumpiendo la “panda de la barba”, como llama Wilder a los padres del nuevo Hollywood: Spielberg, Scorsese, Coppola… Por otro lado, la novela evoca, a través de un ingenioso escrito en forma de guion cinematográfico, la angustiosa peripecia vital de Wilder desde que escapó de Alemania hasta que, terminada la contienda, es contratado por el Departamento de Guerra de Estados Unidos para realizar (1945), un documental sobre los campos de concentración. Es uno de los episodios más impactantes del libro: el relato de cómo el director estuvo buscando a su madre entre los cadáveres que aparecían en las crudísimas grabaciones que tuvo que visionar para elaborar el documental.
EL CREPÚSCULO DE BILLY WILDER
Apr 20, 2022
1 minuto
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