Belleza auténtica
Cuando se estrenó Malèna (2000), de Giuseppe Tornatore, el mundo del cine enloqueció. La protagonista era una mujer de 36 años interpretando a una de 27. Tenía poquísimos diálogos, una belleza hipnótica y un dominio del lenguaje corporal como pocas veces se ha visto ante las cámaras. “Cuando vi el guion por vez primera y noté que tenía tan pocas líneas, no sabía si podría hacerlo”, dijo Monica Bellucci al Evening Standard. “Pero me encontraba encantada de poder trabajar con Tornatore, con quien colaboré en un ‘guion secreto’ basado en el lenguaje corporal. Tengo un cuerpo, así que lo usé por entero. Los ojos, la mirada y más”. Ese ‘más’ se notaba en su modo de caminar. En su dominio de sí misma al cruzar las calles de Castelcutó, el pequeño pueblo siciliano en el que transcurre esta historia en la que Renato, un adolescente, se obsesiona con su belleza.
Lo que le ocurrió a Renato les pasó a miles de personas poco convencional para los estándares de Hollywood, donde ya había tenido pequeños papeles, como en , de Bram Stoker (1992). Pero fue la producción con la que su carrera cinematográfica se afianzó. Algo por lo que había tenido que luchar ya que, iniciada en el mundo del modelaje a los 16 años, no era tomada en serio cuando mostró interés en la actuación. “Fue muy difícil. Las actrices siempre te etiquetan como ‘esa estúpida modelo’, en especial si eres bonita. He sufrido por eso. La belleza puede producir celos y envidia”.
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