¿EXISTE LA COMUNICACIÓN EXTRASENSORIAL?
Fue el botánico estadounidense Joseph B. Rhine (1895-1980) quien, a finales de la década de 1920, introdujo la investigación de los fenómenos parapsicológicos o PSI en el ámbito académico. La creación del primer laboratorio de Parapsicología en la Universidad de Duke (Carolina del Norte) permitió la investigación de la supuesta naturaleza objetiva de la PES (ver cuadro) empleando métodos estadísticos. Para ello se empleaban las cartas Zener: unos naipes con dibujos (triángulo, cuadrado, círculo, cruz y líneas onduladas) que debían ser “adivinados” por la persona que pretendía manifestar las supuestas facultades extrasensoriales. Sin embargo, la investigación con cartas Zener pronto se tornó demasiado aburrida y fue sustituida por otros elementos menos asépticos como fotografías de paisajes o vídeos de escenas, al considerarse que estos fenómenos se “activaban” cuando existía una carga emocional. Fue a partir de la década de 1970 cuando la Parapsicología introdujo un nuevo protocolo de investigación en el estudio de la comunicación extrasensorial: la experimentación Ganzfeld.
GANZFELD: ¿MÁS ALLÁ DE LOS SENTIDOS?
Básicamente, el experimento Ganzfeld (ver cuadro) consiste en aislar sensorialmente a una persona para tratar de comprobar si este aislamiento contribuye a incrementar su receptividad extrasensorial. La primera investigación sobre el efecto Ganzfeld (1946-1992), pionero en este modelo de investigación, y la investigadora en la Revista de la Sociedad Estadounidense de Investigación Psíquica. Durante poco más de media hora, una treintena de sujetos bajo aislamiento sensorial trataron de ser receptivos a las imágenes transmitidas por un receptor, y verbalizaron lo que “percibían” mentalmente. Los resultados parecían ser estadísticamente significativos.