POCAS PALABRAS
En el mito, Sísifo debe subir una pesada piedra por una montaña empinada; al llegar arriba, la piedra rueda ladera abajo y Sísifo habrá de volver una y otra vez a cumplir con su destino. La piedra de Ricardo Moya es el dichoso cash flow. Músico, cómico, cocinero, cineasta y, sobre todo, “un entrevistador espectacular” (Buenafuente dixit), Moya vivía feliz su existencia de artista sin mochilas: mucho flow y nulo interés por el dinero. El covid y su alianza con Marc Sanz, colega íntimo desde los catorce años, pero también alto ejecutivo de Google, le ayudaron a transformar aquellas charlas de intimismo y cerveza que eran El sentido de la birra no sólo en el video podcast del momento, sino también en una empresa, Malencia, que está colaborando a transformar el concepto del entretenimiento.
¿El sentido de la birra empieza por amor al arte? Ricardo Moya: Así es. Yo vivía de hacer paellas a domicilio, tocaba en bares, daba clases de cocina para niños, hacía stand up en garitos… Y, como quería aprender a hacer comedia, me monto un podcast y empiezo a traer a cómicos para preguntarles en un bar, ante una cerveza, cómo lo hacen y así aprender de ellos.
Cuando veo que tiene ya más de 3.000 visitas le planteo que lo puede monetizar. Y me dice: “¿Es que Youtube se puede monetizar?”. Ese era su nivel.
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