DE ELÉCTRICO A DIGITAL
nueva revolución que viene, como si de una pasarela del motor se tratase, será en el interior más que en el exterior en busca de un vehículo totalmente digitalizado. El tamaño de . Toda la información posible ha dejado de ser analógica y es una tendencia que ya arrancó a finales de los ochenta con el Buick Riviera de General Motors como pionero, pero que no triunfó hasta que se incorporaron los GPS y se multiplicó la rapidez. Evolucionado cada uno aplicando su estilo: libres de recargo y la pantalla al aire, como el nuevo BMW iX con un de 27,2” a lo ancho, otros incorporan dos pantallas de 13 pulgadas como el nuevo Range Rover que llega este 2022, variante con tableta vertical como el Mustang Match-E con 15,5 pulgadas al estilo Tesla e incluso retrovisores digitalizados con dos minipantallas extra como el Q8 de Audi. En sólo diez años han crecido un 800%, de tener una mínima pantalla incrustada para la radio y el navegador de 7 pulgadas máximo, a conquistar todo el panel frontal. Esto no ha propiciado un cambio, la legislación sigue enclavada pues no se pueden tocar mientras conducimos. La pregunta es si las pantallas realmente distraen y si hacen más sencillo el acceso a sus opciones. Lo que marca es el camino hacia el coche autónomo e inteligente que acabará por circular sin conductor conectado a una red de manera virtual.
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